Un 'software' analiza y elabora un mapa de los datos contenidos en los correos electrónicos
Por Thomas Gualtieri en tecnologia/elpais.com
Las revelaciones de Edward Snowden se han convertido en una de las más grandes filtraciones que han salpicado EE UU. / Reuters
Boston, EE UU, finales del siglo XVIII. En plena guerra de
independencia, el patriota Paul Revere coordina el servicio de espionaje
que los colonos han organizado contra el ejército británico. Una
actividad basada en gestionar los contactos entre sociedades secretas,
recogida en una serie de datos históricos.
Dos siglos más tarde un sociólogo de la Universidad norteamericana de
Duke, Kieran Healy, los ha analizado. No conocía las conversaciones de
Revere, sino solamente las informaciones relativas a la estructura de su
red. Es decir, los metadatos de su actividad social. Pero el solo cruce
de información sobre 254 colonos y su afiliación a siete sociedades
secretas le ha permitido identificar el papel clave de Revere como
eslabón de conjunción entre ellas. Es el mismo tipo de información que,
como ha revelado el filtrador Eduard Snowden, el sistema Prism ha almacenado sobre correos electrónicos. Y que ahora Immersion, un proyecto de un grupo de investigadores del Massachussets Insitute of Technology (MIT) de Boston, de la misma ciudad de Revere, analiza a su vez con el objetivo de demostrar su potencia informativa.
Un mapa elaborado por Immersion, el 'software' del MIT.
Tres estudiantes del Media Lab han creado bajo la supervisión de su profesor, César Hidalgo, un software
que genera un mapa de la historia epistolar de quien quiera insertar en
el sistema nombre de usuario y clave de su cuenta de Gmail, el correo
electrónico de Google. El algoritmo se limita a recoger información
sobre quién envía y quién recibe los correos, sin acceder al contenido
de las conversaciones. Pero tan solo la demostración que ofrece la página del proyecto
con una cuenta de correo imaginaria es reveladora de cuánto se pueda
contar a través de estos datos, pese a la ausencia de contenidos
textuales.
Lo que aparece —y que han visto en la base de sus propios datos 500
voluntarios que han ofrecido sus direcciones de correo electrónico a los
investigadores para comprobar el correcto funcionamiento del programa—,
es una eficaz representación gráfica de su propia red social. El tamaño
de los círculos que se encuentran en ella aumenta según la importancia
de la persona que representan, así como el espesor de las líneas que los
conectan entre ellos depende del valor de esa relación. No es difícil
imaginar la presencia de un intercambio muy frecuente con un compañero
de trabajo o con un familiar, pero quien espíe los datos de otra persona
podrá fácilmente identificar conexiones individuales directas, no
enlazadas con otros miembros de la red, que podrían reflejar relaciones
más esporádicas y quizás ser fuentes de información que el usuario en
cuestión quiere mantener reservadas
Las historias guardadas en el solo tráfico de un correo electrónico pueden ser profundamente reveladoras. Permiten aglutinar datos sobre ”hábitos de vida, relaciones personales privadas, ideología religiosa, ideología política o tendencias sexuales”, explica Chema Alonso, experto informático de la consultora informatica64.com . “Si estás suscrito a una determinada página web que te envíe correos electrónicos estará indicando que hay cierta filiación. Si esa filiación tiene tintes ideológicos o políticos se podría llegar a sacar mucha información de una determinada persona” prosigue Alonso. Y remata: ”en general, un análisis de esta información podría dar datos muy sensibles de la vida privada de una persona”.
Localizar los puntos de referencia en el día a día de una persona se
transforma así en una operación inmediata. “Manejar información a través
de redes sociales como Facebook o Twitter
es como estar en un coche mirando fuera de la ventanilla. Pero usar
elaboraciones de metadatos como las que ofrece Immersion equivale a
conducir guiados por un potente navegador GPS”, ha comentado su creador,
César Hidalgo, en una entrevista al diario estadounidense The Boston Globe.
”Te das cuenta de que no estás interactuando con personas, sino con una
red de personas, porque todos tus contactos están a la vez conectados
entre ellos a través de decenas o quizás centenares de conexiones
indirectas, que no tienen nada que ver contigo y se desarrollan en tu
ausencia. Observarlo es una especie de experiencia extra-corporal”,
prosigue Hidalgo.
La Información que Inmersión elabora se encuentra almacenada en las entrañas de Google y de otras grandes empresas informáticas,
al pleno alcance de las agencias de seguridad de muchos países. “Los
datos a los que aludía el presidente Obama cuando decía que estaba
recapitulando las llamadas de Verizon [uno de los gestores de móviles de
Estados Unidos] eran similares a estos. Así que sí, Las elaboraciones
de Immersion son equivalentes a esos metadatos”, confirma Alonso.
En ellos hay una notable porción de la vida social de los autores de correos electrónicos, aunque las autoridades de EE UU se hayan apresurado en tacharlos de superficiales
tan solo pocos días después de que las filtraciones de Snowden salieran
a la luz. Datos con un valor que Hidalgo conocía desde hace tiempo:
“Hay un grupo de académicos que sabía del potencial de los metadatos
desde hace al menos seis años. Nadie nos hacía caso, la gente pensaba
que trabajar con correos electrónicos era curioso, incluso estúpido.”,
reivindica Hidalgo. Pero ahora, gracias a Snowden, todo el mundo se ha
enterado. Y no parece considerar el asunto como algo insignificante.
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